VUCUB CAQUIX
VUCUB CAQUIX
Por: José Manuel González S.
Caminaba por un centro comercial de la ciudad y escuché a una señora muy bien vestida que le decía a otra: "Es triste, muy triste lo que sucede en este país" Y luego, callaba. Me quedé pensando acerca de su comentario e inmediatamente vino a mi mente una pregunta: ¿Será justo culpar a Chávez —exclusivamente— de las consecuencias inmensurables de nuestra cajita de Pandora? Claro está, nadie discute la altísima cuota de responsabilidad que él tiene en toda esta san-pablera. Deberíamos sugerirle (ya que le gusta andar con una Biblia en actos públicos) una lectura para comenzar el día: Eclesiástico 28, 1-12.
Si la solución fuese un magnicidio, yo mismo me ofrecería para ejecutarlo. ¡Se lo puedo hasta jurar! Aun cuando jamás he tenido un arma cerca. Pero, luego de tan soñado evento, ¿qué hacemos con ese "soberano" que, hace cinco años se sentía orgullosísimo de ser llamado "chiripa"? Sí, ese mismo "soberano" que pintó de blanco el mapa de esta novísima república bolivariana, en ese entonces "República de Venezuela", en las elecciones de 1989...y lo pintó de verde en las anteriores? O es que ya nadie recuerda con qué porcentaje (mayoría) ganó Carlos Andrés Pérez las últimas elecciones? ¿Y Lusinchi? ¿Y Luis Herrera? A veces me pregunto: ¿Será que el Teodoro Petkoff que dirige el diario "Tal Cual" es un clon del "tira-piedras" que conocíamos hasta hace sólo cinco años?
El amigo Jorge Olavarría me alentaba haciéndome recordar la historia de José Tomás Boves, y me recordaba que la propuesta de Boves (quien murió en Urica, a manos de una lanza desconocida) no podía triunfar porque, simplemente, no existía una propuesta. Lo que había era un odio incontenible hacia todos aquellos que poseyeran "algo"; que no fueran llaneros, ni montaran a caballo a su lado.(cualquier semejanza con la actualidad es el mero producto de nuestra fantasía)
Como docente me aterra pensar que lo de "país en vías de desarrollo" es otra utopía más, y que deberíamos sincerarnos de una vez por todas y decir con propiedad "fuimos, somos y seremos una nación subdesarrollada"... sin ningún tipo de esperanzas para la reivindicación.
Podríamos disertar durante cientos de páginas acerca de las causas, razones, motivos, antecedentes históricos y hasta genéticos de la conducta del venezolano, y le aseguro que eso no sería más que llover sobre mojado. No nos aportaría nada nuevo —ni positivo. El punto central de la cuestión está en: ¿Qué voy a hacer yo, como venezolano, para solucionar los graves problemas que me afectan? Definitivamente, ¡hay que hacer algo! Cada cual desde su trinchera, claro está. Como decía Ramón Mediavilla en un artículo que me llegó por Internet: "yo tampoco tengo ascendencia (ni conozco) a ningún político importante". ¿Y eso qué tiene que ver? Es como preguntarse: ¿Quién será más gris, Luis Alfonso Dávila o el vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela ?(¿Cómo es que se llama?)
Hemos estado escuchando el llamado a la "desobediencia social" que han hecho ciertos intelectuales de la nación, y yo me pregunto: ¿A qué se refieren? ¿Será que no pague mis impuestos? ¿Será que me pase la luz roja de los semáforos? ¿Anarquía...más? Obviamente yo no soy tan ingenuo, pero ese "soberano" que ya se ha decepcionado del Bufón de Miraflores y de los "Señores de Xibalbá" quizás necesite una que otra aclaración al respecto.
Si nos detenemos a pensar un poco en los "neo-decepcionados", la situación, lejos de ser placentera, se hace más gris. ¿Sabe por qué? Porque muchos de esos decepcionados no han llegado a ningún punto de entendimiento real del problema que tenemos como nación, sino que, sencillamente, se cansaron del "político de moda"; y es que nuestra memoria social no va más allá de 15 días. Confieso que a ratos prefiero pensar que nadie ha abierto ese libro de Ionesco por temor a la inminente desilusión: No hay "cantante"; mucho menos "calva".
Me explico: El problema no es ninguna de nuestras versiones criollas de las siete plagas de Egipto (Miquilena, Luis Alfonso Dávila, Isaías Rodríguez, El PPT, La 5ta República, Marisabel y Hugo) sino Egipto mismo.
No faltará quien diga que la solución es muy simple: Mejorar la condición de vida del venezolano. Y es ahí donde yo salto despavorido ¿A cuál venezolano nos referimos? Porque si se trata de mejorar la condición de vida de "el soberano" POR FAVOR!!!! A mí que no me metan en esa olla! Cuando "el soberano" habla de una mejor calidad de vida se refiere a "más cervezas" para el fin de semana, servicios básicos gratis y demás proposiciones absurdas que sólo reafirman el desconocimiento absoluto de la realidad económica de este país. ¡Qué fácil resulta engañar a un pueblo ignorante! Bueno, si ahora hasta resulta que Angela Zago es la exégesis de la Mariana Pineda, de Lorca, y que el programa de Napoleón Bravo era más exquisito que los del español Joaquín Soler Serrano, quien conducía "A fondo".
Un amigo periodista me envió un correo donde mencionaba algo acerca de unas puertas que nadie quiere abrir. Muy bien, amigo periodista, aquí le doy una llave: "El Venezolano común es un maldito flojo". Yo también me quiero creer el cuentico ese de que el venezolano es "un pueblo trabajador", "...herederos de la dignidad Bolivariana" y bla, bla, bla. Pero llega un momento en el cual hay que interpretar más objetivamente los hechos que nos proporciona la historia. No importa de quien sea la culpa —¡Malhaya el golpe que cortara el Limonero del Señor!— (A.E. Blanco) tenemos varias situaciones que se nos han escapado de las manos; una de ellas, la más palpable: la delincuencia. ¡Que es una consecuencia de la crisis de valores! -Cierto. ¡Que éste es un problema con raíces genéticas! -También es cierto. Entonces, ¿qué hacemos para resolverlo? (Sobre todo ahora, que el hampa tiene la bendición presidencial) ¿La pena de muerte? -No ha resultado en ningún país. ¿Decretamos aumentos de sueldo a diestra y siniestra, para que la gente ilusa se sienta "feliz"? ¿A alguien le suena familiar eso del "proceso inflacionario"? Tendríamos que saber la opinión de nuestro Pinocho enviado como embajador ante la Casa Blanca.
Sí, claro que sí hay formas de salir de esta crisis, yo no soy un profeta del desastre, por esta razón le propongo una: Educación. Nada novedosa ¿O sí lo es? De la misma manera que la propongo me niego a abrir una segunda puerta; porque si la abro, lloraremos. Le doy un ejemplo (que son más bien unas preguntas para la reflexión): Si se trata de "educadores", escoja una universidad, la que tenga más cerca. ¿Cuál es el promedio que se le exige a un bachiller para optar a los estudios de educación superior? ¿Cuál es el promedio que se le exige a los que escogen la facultad de Ciencias de la Educación... en cualquiera de sus menciones? ¿Lo sabe? -!Me avergüenza escribirlo¡ ¿Vocación? ¿y eso qué es, Francés o Inglés?
Si cuando nos referimos a la "educación" entendemos ese proceso de la comunicación en el cual todos debemos hacernos eco de las normas y pautas socialmente aceptadas para vivir en armonía, ¿Alguien le ha hablado de "cultura popular"? Le aseguro que con ese término no se refieren a "Un Solo Pueblo" ni a "Reyna Lucero". ¿Educación Gratuita y Obligatoria? Ja, ja, ja (y muchos más "ja"). Le respondo con un dicho, que es más bien una verdad universal: ¡Lo que es gratis NO SE APRECIA!
Permítame ilustrarle: En este país, cuando por primera vez se habló de ese "decreto" acerca de la educación gratuita y obligatoria (27 de Junio de 1870, Guzmán Blanco), no se pensó en ningún momento que éste iba a degenerar en una más de las tantas medidas "Estado-paternalista"; de hecho, ya se hablaba de la necesidad de la obligatoriedad de la educación (instrucción) desde antes de la independencia. Me permito recordarle a José María Vargas, quien incluso hablaba de la necesidad de instruir a la mujer. Lo que sucede es que nadie en Miraflores cita la historia con propiedad; ni siquiera tienen el pudor de citar el artículo completo que explicaba cómo se iban a hacer las "donaciones" por parte de los padres y representantes, y otras organizaciones civiles, para que TODOS los venezolanos pudieran tener derecho a la educación. Por cierto, creo que voy a regalarle un librito de Historia de Venezuela a Huguito, porque el único que tiene ( y estoy seguro de que tiene sólo uno) le vino con unos errores de imprenta, y sin unas páginas!!! No sé, quizás uno con muchas fotitos e ilustraciones, a ver si se motiva a leerlo completo. Dios, he escuchado tantas y tantas locuras, libres interpretaciones y deformaciones de nuestra historia , que no sé si fue que los libros que yo leí acerca de la problemática educativa en Venezuela desde hace 200 años, de las causas de la disolución de la Gran Colombia y de lo que sucedió en la Casa de la Estrella (Valencia) eran obras únicas...sólo yo tengo las copias...todos son originales (por lo visto). Ahora que recuerdo, Hugo, ¿sabes cuántos representantes de Barinas estaban en la "Casa de La Estrella" en esa reunión a la cual haces referencia cada vez que los Valencianos tenemos la deshonra de recibirte en nuestro territorio? Por cierto, el "Pacto de Punto Fijo" no tiene nada que ver con las reglas de ortografía de nuestro idioma.
Necesitamos un cambio, pero ese cambio no se puede lograr en cien...ni siquiera en mil días. Gracias a Dios que una de las frustraciones infantiles de nuestro "megalomanus-bipedus" no era de la jugar a la escuelita (ya que él ha decidido cumplir todas y cada una de sus frustraciones infantiles haciendo uso de su investidura), de haber sido así, ya le estarían enseñando estrategia militar y tácticas de guerra a nuestros niños en las escuelas Bolivarianas. (Mejor no lo digo muy duro, no sea que vaya a suceder)
Tenemos que trabajar desde nuestros hogares y desde nuestras comunidades para lograr el gran objetivo, pero eso sí, FUERA la mediocridad y la marginalidad intelectual, que es lo mismo que decir: ¡FUERA CHAVEZ Y TODOS LOS PAYASOS DE SU CIRCO!
Me despido del "Hugo" que jamás me leerá con una décima de don Ramón de Campoamor (1817-1901):
A un monte una vez subí,
Y de cansado me eché;
Mas luego que lo bajé,
De confiado caí.
—!Déjame, ambición, aquí
Hasta morir descansado!
¿Qué ganaré ambicionando
Si cuanto más suba, entiendo
Que me he de cansar subiendo,
Y me he de caer bajando?
(La Ambición)
Desde mi mar de la in-felicidad;
José Manuel
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1 comments:
Estimado señor González:
Recibimos el artículo que alguien tuvo a bien enviarnos. No obstante, muy a pesar nuestro, las restricciones de espacio nos obligan a exigir que los textos no excedan los 3.000 caracteres con espacios o las 600 palabras. Nos gustaría, que ajuste su texto a los parámetros exigidos y nos lo reenvíe.
Sin más que agregar, y esperando su comprensión, se despide atentamente, Alejandro Tapia L
Asistente de la Jefatura de Información Editorial de El Nacional
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